Stanpa calcula que en Cataluña “operan unos 3.000 centros de estética profesional, que dan ocupación a más de 6.300 trabajadores y trabajadoras, en su mayoría mujeres autónomas. Además del grave impacto para estos negocios, unas pérdidas que oscilan entre los 9 y los 11 millones de € por cada semana de cierre.
Es un sector liderado mayoritariamente por mujeres, que aporta valor y tiene la máxima de contribuir a cubrir las necesidades fundamentales de higiene, salud y bienestar de la sociedad”.
Hace más de 20 años que trabajo para hacer fuerte y sólido mi proyecto y todavía me considero emprendedora, solo quién lo es sabe qué significa esto. Ni un minuto de relajación, vidas de familias en tus manos, gestionar personas no es fácil, cumplir con todos los requerimientos de la administración tampoco.
Nuestros centros de estética dan trabajo a 15 personas, pero mi Gobierno no me dice que no somos importantes, que no tenemos derecho a trabajar y, además, no puedo ganarme el pan de mi familia.
En el mes de marzo, con la situación desesperada y con la urgencia sanitaria de nuestra ciudad, dimos todas las mascarillas que teníamos en el centro, más de 500, al hospital Arnau de Vilanova. Cogimos un coche, y sin hacer ninguna publicidad ni ostentación, las dimos a la primera enfermera que nos recibió.
Lo hicimos convencidos que era lo que tocaba y lo volveríamos a hacer, porque como he dicho antes, el que nos mueve es contribuir con el bienestar de las personas.
Antes del primer cierre hemos invertido, endeudándonos, en todas aquellas medidas que el Gobiernos nos pidió: mamparas, alfombras desinfectantes, protecciones individuales, sistemas de cita previa, etc. Hemos implementado los protocolos con mucha conciencia, no hemos tenido ningún caso ni ningún brote de virus que haya provenido de nuestro centro, y me consta que el mismo pasa al resto de compañeras del sector de la estética.
Mientras las calles continúan llenas de gente, nosotros estamos cerrados a cal y canto amenazados de recibir una sanción dura y cruel si se nos acude movernos un pelo. Muchos de los sectores afectados por el confinamiento han recibido unas medidas que, a pesar de ser muy duras, “no nos olvidamos que el cierre de cualquier sector nos afecta a todos”, les dan cierto margen de maniobra (30% de ocupación, citas previas, etc.). En cambio, en los centros de estética nos cierran sin condiciones, como si hiciéramos algún mal a la sociedad. Y mientras tanto la vida continúa por las, administraciones que nos cobran los impuestos y tributos. Nosotros no ingresamos ni un euro, pero, en lugar de parar también durante quince días los plazos de pago, la piedad no existe y tenemos que continuar pagando religiosamente en las administraciones que no nos dejan trabajar.
Cerraremos (la tercera vez en poco más de 6 meses) y no sé si podremos volver a abrir. Con mucha tristeza en el corazón este viernes nos hemos despedido 15 días más de las personas que confían en nosotros y que, de alguna manera, forman parte
de todo el colectivo que valora los servicios que se ofrecen desde los centros de estética. Aprovecho para agradecer su confianza.
Obviamente no queremos que el virus se esparza y conseguir esto creo que es compatible con permitirnos ganarnos la vida. Ya hemos demostrado estas últimas semanas que estamos preparados para trabajar de manera cuidadosa y segura.
Nos ponemos a disposición del Gobierno para encontrar una solución, pero necesitamos respuesta con una urgencia máxima.
Zuleika Rodríguez
DEPSYSTEM
Lleida, 17 d’octubre de 2020