A menudo nos atrae la idea de juzgar a aquellas personas que, desde el más absoluto desconocimiento, etiquetamos bajo conceptos que tenemos predefinidos.
A menudo, somos injustos en reacciones ajenas sólo por la no comprensión desde nuestro punto de vista. Una mente abierta, la capacidad de escuchar y entender debería ser un valor en alza en nuestro día a día, porque es más efectivo y nos hará estar mucho mejor, comprender nuestras actitudes y modificarlas si es necesario, que juzgar a otros.
Os invito a una reflexión en estas fechas festivas; pues hay más luz en la calle y las noches son más blancas: alzamos la mirada, miramos a los ojos… y aprendemos a ver el interior de las personas que nos rodean. Descubriremos seguro, nuevas virtudes.
Totó Marsol.
Marketing y comunicación, FUNDE