Durante todo el mes de marzo en la ciudad de Lleida y en todo el mundo se están llevando a cabo diferentes actos vinculados al Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Uno de los derechos que se reivindican es la conciliación laboral y familiar.
Hace unos días veía una conferencia de Victor Kuppers en el que decía que todos vamos por la vida como, cito textualmente, “pollos sin cabeza”, corriendo todo el día. Nos faltan horas para poder hacer todo lo que tenemos programado a lo largo del día y vivimos con la sensación de tener siempre algo pendiente. Pendiente de terminar esa tarea en el trabajo, pendiente de enviar ese correo, de hacer esa llamada, de leer ese libro, de quedarse con aquel amigo que hace días que no ves, dedicar más tiempo a los hijos, de tener un momento para ti.
¿Dónde está la solución? ¿Actualizar las leyes de conciliación? ¿Saber gestionar mejor el tiempo? ¿Saber delegar? ¿Repartir las tareas familiares? ¿Saber seleccionar toda la cantidad de estímulos externos que nos llegan a lo largo del día?
La primera solución está en uno mismo, la segunda en la sociedad y la tercera en el sistema. Así pues, hay que marcarnos una nueva tarea, saber conciliar. ¿Tendremos tiempo?